World Cleanup Day

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Día Mundial de la Limpieza, por un planeta libre de residuos

Sep. 19 2020

Hoy, el mundo se moviliza por la naturaleza en el Día Mundial de la Limpieza, una jornada que fue creada en 2008 por la fundación estonia Let’s Do It. Por medio de la organización no gubernamental (ONG) Let’s Do It World, han traspasado fronteras y ya es un movimiento internacional que en 2018 recibió el premio Unesco-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible. 

El año pasado, reunió a más de 21,2 millones de personas en 180 países para recoger la basura que ensucia nuestro planeta. Para esta edición, la iniciativa sigue en pie, pero piden extremar las precauciones por el COVID-19.

Además, Let's Do It dispone de la app TrashOut, con la que es posible avisar de espacios públicos sucios a otras personas, organizaciones ecologistas y autoridades locales. Es una herramienta de gran utilidad, porque también incluye información sobre los lugares específicos en los que depositar cada tipo de residuo, para que su procesamiento sea el más adecuado. 

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World Cleanup Day infografia

Según Let’s Do It, cada persona genera aproximadamente 1 kilo de basura al día, lo que supone que la población mundial produce alrededor de 2.700 millones de toneladas de basura al año. Por tanto, antes de tirar algo es necesario pensar con responsabilidad si lo podemos reutilizar o reciclar. Para la construcción de un mundo más sostenible, es crucial implantar una serie de hábitos de consumo y gestión de desechos encuadrados dentro de la economía circular, con el objetivo de velar por el planeta.  

Responsabilidad

• Agua: los inodoros y fregaderos no deben usarse como cubos de basura. Las Administraciones públicas gastan millones de euros en solucionar los problemas que crean los monstruos de las alcantarillas, formados a base de toallitas y otros materiales indebidamente desechados. Otro de los focos de este problema son los fregaderos. Por ejemplo, 1 litro de aceite contamina 1.000 litros de agua

• Basura: el campo, los mares, los ríos, las playas y las ciudades continúan sufriendo la invasión de basura. Uno de los principales puntos negros son las carreteras. En concreto, en las cunetas se acumulan toneladas de desechos, que después llegan a la naturaleza. Es importante evitar su impacto ambiental, tirando cada material al contenedor correcto.
  
• COVID-19: la seguridad y salud es una responsabilidad social, al igual que el cuidado del planeta. Para ello, las mascarillas y guantes tienen que desecharse en el contenedor para basura general o fracción resto. Es fundamental que durante la pandemia, los residuos del coronavirus no acaben ensuciando el medio ambiente. Muchas organizaciones ecologistas alertan que si se sigue por este camino, es probable que dentro de poco en el mar haya más mascarillas que medusas. Una situación, que junto con los plásticos, es una grave amenaza para los ecosistemas marinos. En especial para los cetáceos, pues confunden estos residuos con comida y al ingerirlos corren riesgo de muerte. 

Economía circular

• Ropa: muchas prendas acaban encerradas en el armario, a las que apenas se les da uso. La solución es donarlas o convertirlas en otro objeto. Es el poder de la economía circular y del residuo cero. Una camiseta o una camisa pueden transformase en una bolsa, al igual que unos pantalones viejos son perfectos para crear un bolso.

• Aceite: es uno de los residuos con un gran potencial de reutilización. El aceite de cocina usado se emplea en la producción de biodiésel, abonos, ceras, barnices, cremas, jabones, detergentes, lociones, pinturas, lubricantes o velas. Lo más recomendable es almacenarlo en botellas de plástico para reciclarlo en contenedores específicos, facilitando su gestión. Muchas personas lo aprovechan para hacer jabón casero.  

• Orgánicos: gran parte de los materiales que tiramos a la basura esconden otras funciones. La basura orgánica se puede destinar para generar un compost para enriquecer la tierra de jardines. Incluso hay formas más sencillas. Es el caso de las cáscaras de plátano, que si las troceamos e introducimos en las macetas serán abono para las plantas. Sucede lo mismo con las cáscaras de los cítricos. Una vez secas, hay que molerlas hasta que formen un polvo fino que aporta nutrientes a especies ácidas, como las azaleas, camelias, fucsias, gardenias y hortensias, entre otras.