“La certificación en compliance de Bureau Veritas es a día de hoy la mayor y mejor garantía”
Abr. 27 2020
Tras superar la auditoría de Bureau Veritas, Grupo Aldesa se ha convertido en la primera organización que ha conseguido la certificación UNE 19601:2017 de sistema de gestión de compliance penal, acreditada por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC). Mercedes Fernández, Jefa de la Asesoría Jurídica en el Grupo Aldesa, explica en profundidad su experiencia con Bureau Veritas.
¿Qué os supone estar a la vanguardia nacional en la gestión de compliance?
Alegría, pues es un gran reconocimiento al trabajo bien hecho. Es un orgullo trabajar en una empresa como Grupo Aldesa. Aun así, continuaremos trabajando y creciendo, para seguir siendo un referente en ética empresarial.
¿Cuáles han sido las aportaciones de Bureau Veritas?
Fue una decisión estratégica por dos razones. La primera, porque Bureau Veritas es una de las entidades de certificación con más nombre a nivel mundial. Lo que aporta calidad y profesionalidad, que son dos aspectos fundamentales para cualquier modelo de compliance.
La segunda es por el valor que Bureau Veritas asegura en todo el proceso de auditoría, por lo que aprendes del conocimiento y experiencia de sus especialistas, quienes persiguen que el sistema implantado funcione para que realmente sea útil. Además, gracias a optar por Bureau Veritas, hemos logrado certificarnos con la acreditación de ENAC. A día de hoy no existe mayor y mejor garantía.
Para que un programa de compliance sea eficiente, ¿qué necesita?
¡Qué pregunta más difícil! Creo que un modelo de compliance es un traje a medida, pensado y adecuado para la organización que lo va a implantar. No hay dos iguales. Sí que me atrevo a recomendar que, cuando se implante un modelo de cumplimiento debe integrarse con otros sistemas de la organización, evitando duplicar procesos y minimizando costes.
¿Desde cuándo estáis implantando medidas de cumplimiento normativo?
El proyecto lo iniciamos en 2016. Nuestro modelo de cumplimiento y riesgos penales se aprobó e instauró en 2017. Partíamos de una buena base en control interno que, aunque no se le denominaba “medidas de cumplimiento”, su espíritu sí era el de vigilar y ejecutar las buenas prácticas.
¿Estas medidas han sido adecuadas para crear una cultura de compliance real y eficaz?
Totalmente. Un código ético y una política de cumplimiento son documentos básicos pero insuficientes porque no garantizan que exista una cultura de compliance real. Es una cuestión que se tiene que materializar en el día a día de todos los empleados y siendo visible. Solo se consigue con la implantación de un sistema de cumplimiento.
¿El proceso que más ha costado establecer y adoptar a los miembros de la organización?
En mi opinión, el canal de comunicación de incidencias. Ganarse la confianza de la organización en el objeto del canal, la confidencialidad de las comunicaciones y la protección del denunciante han sido y son procesos complicados. Es necesario ser muy rigurosos, puesto que el tratamiento de las comunicaciones no permite fallos, porque cualquier filtración puede acabar con la eficacia de esta herramienta.
¿Y el que más recursos ha necesitado?
La formación. En este aspecto, dentro de una organización como Grupo Aldesa la inversión es necesaria, para así poder proporcionar una instrucción de calidad, personalizada en riesgos y responsabilidades, y adecuada para cada receptor. También, es necesario que los formadores tengan un perfil y una experiencia adecuados, para que los medios y materiales sean los apropiados. Aunque sin lugar a dudas, lo que es realmente clave es que exista una buena comprensión de lo que significa el compliance.